sábado, 28 de marzo de 2009

La muerte.

La muerte:

El deseo y la capacidad de morir :

Algunas personas, en momentos determinados de su vida, experimentan el sentimiento autodestructivo de terminar su existencia. El acto para conseguirlo es lo que llamamos suicidio. Lo contrario es el deseo de vivir, el cual no contraria al Instinto de supervivencia, ya que éste nos impulsa a esquivar la muerte.

La muerte en la sociedad humana :

En torno a la muerte giran todas las culturas y organizaciones sociales humanas. Así, su concepción de la muerte como fin o como tránsito, su creencia en una vida después de la muerte, en el Juicio Final... actúan como condicionantes para la actuación de los individuos en un sentido u otro. La idea de inmortalidad y la creencia en el Más Allá aparecen de una forma u otra en prácticamente todas las sociedades y momentos históricos. Sin embargo, hasta ahora no existen evidencias concluyentes a favor de esa vida ultraterrena. Usualmente se deja al arbitrio de los individuos, en el marco de los conceptos dados por su sociedad, la decisión de creer o no creer y en qué creer exactamente. La esperanza de vida en el entorno social determina la presencia en la vida de los individuos de la muerte, y su relación con ella. Su presencia en el arte es constante, siendo uno de los elementos dramáticos a los que más se recurre tanto en el teatro, como en el cine o en novelas y relatos.

Tradiciones religiosas :

La segunda pregunta en surgir de la muerte humana y tal vez la más interesante es: ¿Qué ocurre a los seres humanos tras la muerte? Realmente, lo que se preguntan es qué ocurre con las facultades mentales de la persona que ha fallecido. Unos creen que se conservan gracias al espíritu que impelía a su mente, elevando su estado de conciencia a realidades aun mayores, otros creen en la migración del alma de un ser humano tras su muerte a un plano físicamente inalcanzable.
La religión cristiana considera la muerte como el fin de la permanencia física del ser humano en su estado carnal, el espíritu abandona el cuerpo físico que se deteriora y que es incapaz de sostenerse bajo las leyes de este universo finito, la unión del espíritu y del cuerpo constituyen el alma. El Mundo de los Espíritus sería paralelo a este mundo y su relación con el Ser Supremo más directa, este mundo tendría una división en un lugar llamado Paraíso, para aquellos que fueron justos y el otro, el de los espíritus encarcelados quienes cometieron pecado, fueron injustos y abominaciones ante el Dios del Cristianismo. Sería la última oportunidad de redimirse antes de un llamado Juicio Final. Aquellos espíritus que acceden al Paraíso tienen la oportunidad de volver a ver a sus seres queridos que ya habían partido. El Paraíso es un mundo dinámico donde se realiza una interacción con la obra de Dios y con las personas en la tierra mediante ministerio de ángeles. Según la religión cristiana de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, el espíritu que abandona el cuerpo es semejante en apariencia al que deja en estado carnal, pero en su forma más joven. Los conocimientos adquiridos, la apariencia física se conservan pero en un estado de perfección intangible para este mundo y más puro.

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