martes, 16 de junio de 2009

Revolución comunista en Checoslovaquia.

La revolución de terciopelo fue el movimiento pacífico por el cual el partido comunista de Checoslovaquia perdió el monopolio del poder y se volvió a la democracia.
Los vientos aperturistas y liberalizadores procedentes de la Unión Soviética a través de la denominada Perestroika, llevada a cabo por Mijaíl Gorbachov a partir de 1985, se concretaron en el conjunto de sus países aliados con el inicio de paulatinas reformas políticas. En el caso de Checoslovaquia hay que remontarse al año 1977, fecha en que un grupo de intelectuales, siguiendo la línea del espíritu de la Primavera de Praga, publicaban un manifiesto denominado "Carta 77", en el que expresaban su disidencia con el régimen establecido.
En 1989, el tiempo de cambios en Europa, la gente de Checoslovaquia sabia sobre la caída del socialismo Soviético y las caídas de regímenes en países cercanos a través de la radio (Radio Free Europe). El 17 de noviembre en Praga la policía atacó a miles de estudiantes que protestaban contra el régimen comunista. Este suceso provocó el inicio de las manifestaciones. Se creó el Foro Cívico dirigido por el dramaturgo Vaclav Havel, y dentro del Partido Comunista Checoslovaco se evidenciaban luchas de poder entre sectores inmovilistas como Gustav Husak y reformistas como Ladislav Adamec, como consecuencia se crea un clima tenso.
Tras la huelga general del 27 de noviembre de 1989 y la falta del apoyo del aliado soviético, el Partido Comunista checoslovaco abandonó el poder. El hasta entonces valedor de la ortodoxia comunista, Gustav Husak, dimitía el 10 de diciembre como Presidente de la República. Los acontecimientos se precipitaron y antes de finalizar el año 1989 Vaclav Havel accedió a la jefatura del Estado y Alexander Dubcek a la presidencia del Parlamento. En junio de 1990 se celebraron elecciones democráticas de las que saldrían vencedores el Foro Cívico y el Foro Público Contra la Violencia, variante eslovaca del primero.
La evolución política y las escisiones posteriores de estos partidos se iban a plasmar durante los años 1991 y 1992, así como un poderoso movimiento nacionalista secesionista que se traduciría en la independencia entre la República Checa y Eslovaquia en el año 1993. Vaclav Havel se convertiría en el primer presidente de la República Checa y Václav Klaus en primer ministro, mientras que en Eslovaquia sería Vladimir Meciar el nuevo jefe de Estado. En 2004 ambos países ingresaron de forma conjunta en la Unión Europea y la Alianza del Atlántico Norte (OTAN).

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